Castigos y prejuicios, en un mundo donde el sol y el aire forman parte
de un mismo nido... donde la suerte está echada y tu aun no ha encontrado
tu camino… donde el pájaro que te despertaba cambio el silencio por su
colorido, y las nubes lloraban al ver las estrellas fundirse en el
cielo infinito...
Mi cuerpo temblaba al son de sus pasos alejándose poco a poco, mientras
su sombra se desvanecía lentamente cubierta de nubes sedientas de
llanto… y su mirada se clavaba en mi alma herida, en mi alma que
suplicaba a gritos una última toma de contacto con un pedacito de la
suya… una última percepción de sus manos acariciando mi mejilla, un
último aliento acariciando mis labios… Pero la realidad no depende de
nosotros sino de un destino… pronosticado para cada cual, y por
desgracia no todos corremos la misma suerte…
Lo que empezó siendo una pequeña raíz, fue creciendo día tras día,
atravesando mi corazón y eclosionando como un huevo de serpiente
devorándome por dentro… y las manos que un día me acariciaron pasaron a
ser un simple recuerdo que se escapaba cada noche por la rejilla de mi
ventana… pensando en esos hechos, en esas miradas perdidas en el
vacío..
Es entonces… el momento de plantearse un cambio, algo que te saque de
ese universo lúgubre, que te arrastra y te funde con el mismo sol.. que
te consume lentamente como si de arenas movedizas se tratase y que apaga
poco a poco esos latidos que te hacen respirar…
O sencillamente.. resignarte, y dejar caer tu cuerpo al vació,
arrastrando con él, una cadena de sueños y esperanzas, pudiendo demacrar
absolutamente tu alma hasta el fin de tus días… obviando la realidad
que te rodea, escapando así de un destino trágico, que te hunde poco a
poco en esas arenas movedizas que es la vida.
¿Pero no es más fácil levantarse y seguir adelante? ¿no es más sencillo
aparcar esa tormenta que te persigue y escapar hacia lo alto de una
colina?
Pues aprendí que siempre que mires al cielo una noche, siempre que tu
cuerpo sienta ese cálido manto de estrellas cubriendo tu piel, hay
estará ella, esa luna… regalándote su mayor sonrisa y animándote a
dibujarle unos ojos algún día…
No hay comentarios:
Publicar un comentario