"Todo saldrá bien al final.."

"Todo saldrá bien al final.."

miércoles, 6 de febrero de 2013

Castigos y prejuicios.

Castigos y prejuicios, en un mundo donde el sol y el aire forman parte de un mismo nido... donde la suerte está echada y tu aun no ha encontrado tu camino… donde el pájaro que te despertaba cambio el silencio por su colorido, y las nubes lloraban al ver las estrellas fundirse en el cielo infinito...
Mi cuerpo temblaba al son de sus pasos alejándose poco a poco, mientras su sombra se desvanecía lentamente cubierta de nubes sedientas de llanto… y su mirada se clavaba en mi alma herida, en mi alma que suplicaba a gritos una última toma de contacto con un pedacito de la suya… una última percepción de sus manos acariciando mi mejilla, un último aliento acariciando mis labios… Pero la realidad no depende de nosotros sino de un destino… pronosticado para cada cual, y por desgracia no todos corremos la misma suerte…
Lo que empezó siendo una pequeña raíz, fue creciendo día tras día, atravesando mi corazón y eclosionando como un huevo de serpiente devorándome por dentro… y las manos que un día me acariciaron pasaron a ser un simple recuerdo que se escapaba cada noche por la rejilla de mi ventana… pensando en esos hechos, en esas miradas perdidas en el vacío..
Es entonces… el momento de plantearse un cambio, algo que te saque de ese universo lúgubre, que te arrastra y te funde con el mismo sol.. que te consume lentamente como si de arenas movedizas se tratase y que apaga poco a poco esos latidos que te hacen respirar…
O sencillamente.. resignarte, y dejar caer tu cuerpo al vació, arrastrando con él, una cadena de sueños y esperanzas, pudiendo demacrar absolutamente tu alma hasta el fin de tus días… obviando la realidad que te rodea, escapando así de un destino trágico, que te hunde poco a poco en esas arenas movedizas que es la vida.
¿Pero no es más fácil levantarse y seguir adelante? ¿no es más sencillo aparcar esa tormenta que te persigue y escapar hacia lo alto de una colina?
Pues aprendí que siempre que mires al cielo una noche, siempre que tu cuerpo sienta ese cálido manto de estrellas cubriendo tu piel, hay estará ella, esa luna… regalándote su mayor sonrisa y animándote a dibujarle unos ojos algún día…

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